Había llegado el momento de elegir bando: proteger la seguridad de los candidatos militares en entrenamiento o proteger al comandante manteniendo en silencio su fracaso. Mi decisión fue fácil. En el ejército, implica ascender un peldaño en la cadena de mando. Llamé al jefe del comandante.

Lo que siguió fue un ejemplo de liderazgo real. El oficial superior escuchó, comprendió la urgencia y tomó medidas para proteger a los jóvenes bajo su mando.

Nunca debería haber sido así; No se trataba de quién tenía razón y quién no. Se trataba de proteger a los hombres y mujeres que se ofrecen como voluntarios para servir a Estados Unidos de riesgos médicos innecesarios. En el ejército, como en cualquier otro lugar, hay buenos líderes y hay malos. Afortunadamente, el oficial superior era uno de los buenos… uno de los mejores. Estoy agradecido por su compromiso con el bienestar de sus marineros.

Tomar decisiones difíciles en nombre de los pacientes es parte de mi forma de abordar la medicina. Los pacientes acuden a los médicos en sus estados más vulnerables, esperando que el médico siempre tenga en cuenta sus mejores intereses. Eso es lo que intento hacer. Si eres mi paciente, siempre defenderé tu salud.