Telemedicina en África: una experiencia de primera mano

Este verano, experimenté la telemedicina como paciente de una manera inesperada. Mientras “competía”… bueno, participaba en la **Migration Gravel Race** en Kenia, necesité atención médica remota en la Reserva Natural del **Maasai Mara**. Tuve la oportunidad de recibir una consulta especializada desde los EE. UU.

En la primera etapa, al bajar por una sección en una curva, mi neumático delantero chocó con pasto mojado y sufrí una fuerte caída. Mi codo izquierdo recibió el mayor impacto al golpear una roca. Sentí esa familiar sacudida recorrer mi cuerpo tras una caída brusca. Sin embargo, me preocupaba más no perderme una carrera única en la vida. Estaba más interesado en volver a montar mi bicicleta que en evaluar el estado de mi codo.

Alrededor de una hora después, mientras pedaleaba y empujaba mi bicicleta a través del lodo, noté que mi guante izquierdo estaba empapado de algo rojo. Decidí echar un vistazo rápido a mi codo, y tras verlo, decidí no volver a mirarlo. Había estado perdiendo sangre, aunque no a borbotones. Quería y necesitaba continuar hasta encontrarme con una ambulancia **Land Rover** que pudiera vendarme.

Me pusieron en contacto con un cirujano de trauma, quien me atendió de manera excelente, lavando la herida con varios litros de solución salina, seguido de un enjuague con betadine. Ató un vaso sanguíneo que estaba sangrando y me suturó lo suficientemente suelto para permitir que la herida drenara. A pesar de que el cirujano era de clase mundial (se entrenó en Johannesburgo), aún quería obtener una segunda opinión de un colega cirujano ortopédico especializado en medicina deportiva.

Usando **Starlink**, les envié fotos de la lesión y tuvimos una breve consulta telefónica para discutir cómo manejar la herida y evitar infecciones o el síndrome compartimental. Tener acceso a asesoramiento experto en una parte tan remota del mundo fue crucial para mi tranquilidad. No se trataba de usar telemedicina por conveniencia, sino de recibir la atención adecuada en el momento en que más importaba. La posibilidad de obtener una segunda opinión a nivel global me dio la confianza de que estábamos manejando la lesión correctamente.

Mi aventura en África me reafirmó cómo la telemedicina puede marcar la diferencia. Ya sea en casa o viajando, la atención médica personalizada nunca está fuera de alcance. Llámame si me necesitas. Ese es el nivel de atención que desearía para un familiar y el que quiero ofrecerte: una relación médico-paciente basada en la confianza y la accesibilidad. Siempre deberías sentirte seguro con tu atención médica, donde sea que te lleve la vida.